Síntomas y tratamiento de la epilepsia

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La epilepsia es una enfermedad neurológica crónica caracterizada por convulsiones recurrentes. En ocasiones, se conoce la causa, pero en casi el 50 % de los pacientes se desconoce la causa. No es una enfermedad mental ni una discapacidad del desarrollo, sino una afección que involucra alteraciones eléctricas anormales e hiperexcitables en partes del cerebro. Esta actividad eléctrica anormal se manifiesta a través de una convulsión clínica.

La epilepsia puede desarrollarse a cualquier edad, aunque es especialmente común en personas muy jóvenes o en mayores de 65 años. Casi del 0.5 al 1 % de la población desarrollará epilepsia.

¿Cuáles son los signos de la epilepsia?

El signo principal son las convulsiones recurrentes, separadas por al menos 24 horas, o una sola convulsión acompañada de un EEG que sugiere un riesgo elevado de nuevas convulsiones.

Si bien muchas personas piensan en un tipo específico de episodio cuando escuchan la palabra “convulsión” (pérdida del conocimiento y movimientos espasmódicos), existen varios tipos diferentes de convulsiones, cada una con síntomas distintos.

Las convulsiones de inicio focal comienzan en un área específica del cerebro e involucran síntomas localizados.

  • Durante las convulsiones “conscientes” de inicio focal, la persona es consciente de lo que está sucediendo cuando ocurre la convulsión.
  • Las convulsiones de inicio focal con deterioro de la conciencia implican una pérdida temporal de la conciencia durante la convulsión o confusión.

Las convulsiones de inicio generalizado involucran todo el cerebro y pérdida de la conciencia.

  • La persona puede caer repentinamente, todo el cuerpo puede ponerse rígido o las extremidades pueden contraerse o sacudirse rítmicamente. A menudo se muerden la lengua o sufren incontinencia.
  • Las convulsiones tonicoclónicas (anteriormente conocidas como epilepsia mayor) son lo que la mayoría de la gente considera una “convulsión”, e implican tanto rigidez muscular (tónica) como espasmos (clónica).
  • Las ausencias típicas (anteriormente conocidas como epilepsia menor) no implican síntomas motrices y se parecen a soñar despierto.

Si bien algunas personas con epilepsia tendrán siempre el mismo tipo de convulsiones, muchas tendrán diferentes tipos de convulsiones durante diferentes episodios.

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¿Qué causa la epilepsia?

Hay muchas causas diferentes de epilepsia. Históricamente, no se puede determinar la causa de aproximadamente la mitad de los casos de epilepsia, mientras que en otros casos puede ser el resultado de:

  • Predisposición genética a la epilepsia o ciertos desencadenantes de convulsiones (por ejemplo, abstinencia de alcohol)
  • Malformación cerebral o lesión prenatal
  • Infección cerebral, como meningitis o encefalitis viral
  • Traumatismo en la cabeza (significativo)
  • Ataque cerebral, enfermedad de Alzheimer u otra afección que afecte la función cerebral
  • Tumor cerebral

No todas las personas que experimentan una de estas afecciones desarrollarán epilepsia, y no existe una forma conocida de prevenir el desarrollo de la epilepsia.

¿Cómo se diagnostica la epilepsia?

Primero, es importante recordar que las convulsiones y la epilepsia no son lo mismo. Si bien todas las personas con epilepsia tienen convulsiones, no todas las personas que tienen convulsiones son epilépticas. La epilepsia generalmente se diagnostica cuando una persona ha tenido dos o más convulsiones de inicio desconocido con más de 24 horas de diferencia. En algunos casos, se hace un diagnóstico de epilepsia después de una convulsión si el paciente tiene ciertos factores de riesgo que sugieren que las convulsiones recurrentes probablemente puedan detectarse con un EEG anormal.

El médico podría ordenar una variedad de pruebas para intentar determinar la causa de las convulsiones, así como la probabilidad de que reaparezcan.

  • Los exámenes neurológicos pueden ayudar a revelar otros síntomas de una enfermedad cerebral.
  • Los análisis de sangre y las punciones lumbares pueden ayudar a identificar infecciones y composición química anormal de la sangre.
  • Los electroencefalogramas (EEG) miden la actividad eléctrica en el cerebro, lo que ayuda a determinar qué parte del cerebro está afectada.
  • Las resonancias magnéticas brindan una imagen detallada del cerebro para identificar anomalías.
  • Las tomografías computarizadas pueden detectar tumores y otras obstrucciones.
  • Las tomografías por emisión de positrones ayudan a crear un mapa de las áreas activas del cerebro y su nivel de función.
  • Las tomografías computarizadas por emisión de fotón único (TCEFU) ayudan a medir la circulación sanguínea en el cerebro durante una convulsión.

Según ciertos factores, que incluyen, entre otros, su edad cuando comenzaron las convulsiones, el tipo de convulsiones que tiene, su información genética y la parte del cerebro afectada, los médicos pueden diagnosticar un síndrome de epilepsia específico para ayudar a determinar el mejor curso de tratamiento.

¿Qué opciones de tratamiento hay?

Hay varias opciones de tratamiento disponibles para ayudar a controlar la gravedad y la frecuencia de las convulsiones. En la mayoría de los casos (alrededor de dos tercios), los pacientes pueden controlarse con medicamentos. Y algunos pacientes con epilepsia cuidadosamente seleccionados son candidatos para una cirugía que potencialmente puede detener las convulsiones.

En muchos casos, los médicos recetarán medicamentos anticonvulsivos para ayudar a limitar la frecuencia de las convulsiones. La medicación es la primera línea de tratamiento para la epilepsia.

Si los medicamentos por sí solos no son eficaces, el médico puede recomendar un tratamiento quirúrgico (como estimulación del nervio vago, ablación con láser o resección quirúrgica) o una opción quirúrgica más invasiva.

Aurora St. Luke's Medical Center se convirtió recientemente en la primera instalación de Advocate Aurora en realizar la implantación de un dispositivo cerebral para tratar mejor e incluso salvar la vida de los pacientes que sufren convulsiones. Este nuevo tratamiento para la epilepsia, neuroestimulación sensible (RNS), es un dispositivo inteligente. Puede monitorear las ondas cerebrales y luego responder a la actividad convulsiva con una estimulación para detener la convulsión.

Este dispositivo de circuito cerrado consta del neuroestimulador RNS y de dos a cuatro cables diminutos que contienen electrodos implantados. Un neurocirujano coloca el neuroestimulador dentro del cráneo y lo conecta a los cables. Los cables se colocan en la región del cerebro donde está el foco de la convulsión. La RNS ofrece una nueva y emocionante opción para nuestros pacientes con epilepsia y lo cambia todo en el campo de la epilepsia.

Cada caso es diferente y cada persona responde de manera diferente al tratamiento, por lo que es importante hablar con el médico sobre el plan de tratamiento individual.

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