Secciones del curso
- Beneficios
- Cómo funciona
- Antes de la cirugía
- Después de la cirugía
- Resultados sanadores
- Recursos de relajación
Como hemos visto, las investigaciones y los informes directos de los pacientes sobre su experiencia muestran que las prácticas de relajación pueden tener un impacto positivo antes y después de la cirugía. Para ayudar a que este tipo de capacitación se convierta en una parte regular de la preparación prequirúrgica, ofrecemos este curso en línea gratuito desarrollado durante los últimos ocho años por Aurora Ocampo, enfermera clínica especialista en el Beth Israel Medical Center en la Ciudad de Nueva York. De esta forma, cualquier persona con acceso a una computadora puede obtener estos beneficios. Agradecemos a la Balm Foundation por hacer esto posible.
Comencemos con el trabajo de la Sra. Ocampo con los pacientes antes de la cirugía, que combina información útil y prácticas de relajación directa.
Reducir el estrés y estimular la curación
Lo que realmente queremos antes de la cirugía es desencadenar la liberación de hormonas curativas, como endorfinas y serotoninas, que le ayudarán a curarse en un período normal o más rápido. Se sabe que las endorfinas son los analgésicos naturales del organismo, por lo que también le ayudan a sobrellevar mejor el dolor. Y, como muestran los estudios, estar preparado física, emocional y mentalmente para la cirugía mediante prácticas de relajación también puede ayudar a prevenir muchas complicaciones que pueden retrasar la curación.
Aprender a manejar la ansiedad es la base y el éxito de estas prácticas. Cuando está ansioso y su nivel de estrés aumenta, el cuerpo libera una hormona llamada “cortisol” que puede alterar la función de los glóbulos blancos, comprometer el sistema inmunitario y crear un entorno más propicio a las infecciones. Al prepararse para la cirugía, lo mejor es estar en un nivel óptimo de bienestar para evitar las complicaciones.
Estas técnicas funcionan para respaldar la capacidad del cuerpo de recuperarse, disminuir las complicaciones y acortar el período de recuperación. Si sana más rápido o a un ritmo normal, puede volver a sus actividades cotidianas, reintegrarse en el trabajo y retomar la recreación placentera un poco más rápido y sin demora.
Autoevaluación
Comencemos por ver cómo está manejando el estrés en su vida.
¿Usa alguna estrategia general, como dar un paseo, escuchar música, practicar un pasatiempo, hacer ejercicio, leer o hablar con un amigo?
¿Está usando alguna técnica específica para el manejo del estrés en este momento? ¿Practica yoga, respiración profunda, tai chi, qigong, meditación, imágenes guiadas, oraciones o alguna otra práctica?
Si usa alguna de estas técnicas específicas para el manejo del estrés, piense en cuál le ayudará.
- ¿Cuánto le están ayudando?
- ¿Qué no le ayudó en absoluto?
- Observe cuán constante es en su práctica.
- Observe qué cosas se interponen en su práctica.
- ¿Cuánto tiempo intentó practicar una técnica antes de afirmar que no funciona?
¿Cuáles son algunos de los obstáculos que le impidieron tener éxito en una práctica?
- Podría ser el teléfono, el ruido del tráfico, una posición incómoda…
- ¿Por qué cree que no ha funcionado?
- ¿Hay algo que pueda cambiar para que funcione?
- ¿Intentó eliminar las distracciones que pueden estar interfiriendo, por ejemplo, encontrar un espacio más silencioso, buscar un asiento o una posición más cómoda o desconectar el teléfono?
- Tal vez le resulte útil hacer una lista de estas distracciones; luego, puede lentamente intentar corregir o eliminar las cosas que son un obstáculo.
También puede imprimir el formulario de autoevaluación holística [PDF] para ayudarle a ver el efecto del estrés en su salud física y emocional y cómo lo está manejando. Esto puede brindarle una nueva perspectiva de la importancia del manejo del estrés en su vida, tanto antes como después de la cirugía.
Si no está haciendo ninguna práctica de relajación, ¿está dispuesto a probar una o dos de las siguientes técnicas?
Aprenda técnicas de relajación
Algunas de las técnicas que compartiré con usted hoy las puede practicar por su cuenta y esto le dará una sensación de control, no solo para prepararse para la cirugía, sino incluso después de la cirugía, cuando vuelva a sus actividades habituales. El estrés es una parte normal de la vida, y no es algo malo, pero tenemos que aprender a sobrellevarlo y manejarlo.
La base de cualquier programa de manejo del estrés es la respiración. No hay una forma correcta o incorrecta de respirar, pero le enseñaré cómo respirar de manera más eficiente. Más tarde le mostraré la técnica y luego la haremos juntos.
Tengo algunas técnicas sencillas que puede usar para que, de forma lenta y gradual, las incorpore a su vida cotidiana sin preocuparse de si puede hacerlas bien o no. Por ejemplo, la meditación. Una de las técnicas que le voy a enseñar es una introducción a la meditación, en la que se concentra por un período breve, uno o dos minutos (o menos).
Repasaremos cada una de las técnicas que puede hacer usted mismo: respiración, imágenes, biorretroalimentación simple. También existen técnicas que un profesional de la salud puede hacer por usted y que le ayudarán a controlar la ansiedad de someterse a una cirugía o procedimiento médico. Estas incluyen prácticas como masajes, acupuntura, yoga suave y curación energética como reiki. Otra forma posible de maximizar el proceso de curación es el uso de la nutrición curativa antes y después de la cirugía.
centrarse y poner los pies en la tierra
Metas de curación
Vamos a crear afirmaciones de curación basadas en sus inquietudes sobre la cirugía y qué resultados espera de la cirugía. Estas afirmaciones se pueden practicar durante el período anterior a la cirugía.
También trabajaremos en algunas afirmaciones que puede entregar al cirujano o anestesiólogo para que se las lea justo antes de la inducción de la anestesia. Estas afirmaciones positivas de curación son lo que desea escuchar justo antes de someterse a la anestesia para que su mente reciba los mensajes positivos y su cuerpo responda.
Afirmaciones de curación para prepararlo para la cirugía
Al prepararse para la cirugía, pregúntese si tiene alguna inquietud y, de ser así, cuál es. Las metas de curación que escriba dependerán de sus inquietudes. Por ejemplo, podría preocuparle el dolor posoperatorio.
Para el dolor:
La mayoría de las personas tiene miedo de despertarse con mucho dolor. Por lo tanto, su meta de curación podría ser “Cuando despierte después de la cirugía, sentiré un malestar mínimo” o, quizás más realista, un “malestar tolerable”. Ni siquiera piense en la palabra dolor.
Para las náuseas y vómitos:
Si esta es su inquietud, su meta de curación puede ser: “Cuando despierte después de la cirugía, me sentiré cómodo y tendré el estómago en calma”.
Para el período de recuperación después de la cirugía:
¿Cuál es su expectativa sobre la recuperación? Puede decir “Después de la cirugía sanaré al ritmo normal que se espera” o “Después de la cirugía, sanaré más rápido de lo esperado”.
Puede incorporar estas afirmaciones a sus prácticas de relajación cuando sienta que se encuentra en un estado de relajación profunda. Puede repetirse a sí mismo estas metas de curación sabiendo que, sin importar qué esté pensando, el cuerpo reaccionará como si estuviera sucediendo.
También puede practicar esto en cualquier momento del día o de la noche. No hace falta que forme parte de una rutina de relajación, aunque podría serlo, o simplemente puede pensar en esas frases o afirmaciones una y otra vez durante el día y antes de irse a dormir. Piense en esto como si estuviera entrenando para prepararse para una cirugía exitosa. Cuanto más practique esta habilidad, mejor la dominará.
Afirmaciones de curación el día de la cirugía antes de la anestesia
En algún momento antes de la cirugía, avise al cirujano o anestesiólogo que le dará algunas afirmaciones de curación que le gustaría que le leyeran en voz alta justo antes de la anestesia el día de la cirugía. Si no se siente cómodo hablando con los médicos sobre esto, puede pedirle al enfermero de atención primaria de la unidad o a su pareja o cónyuge que hable con los médicos en su nombre y les entregue las afirmaciones de curación.
Asegúrese de darles las afirmaciones o metas mecanografiadas o en una nota manuscrita que se lea fácilmente. Será más eficaz si limita sus metas o afirmaciones de curación a no más de tres.
Estos son algunos ejemplos de metas de curación que el médico puede leerle:
Para el dolor:
“Cuando despierte de la cirugía, sentirá molestias mínimas o tolerables”.
Para las náuseas y vómitos:
“Después de la cirugía, despertará y se sentirá cómodo, con el estómago en calma”.
Otro ejemplo es usar el deseo de comer una comida que le encanta al despertar, porque no puede sentirse mal del estómago y tener un antojo al mismo tiempo. En este caso, la afirmación de curación podría ser:
“Cuando despierte después de la cirugía, querrá comer ____________”.
Para sanar:
“Después de la cirugía, sanará en el plazo normal o más rápido”.
Estas afirmaciones de curación le ayudarán a prepararse para la cirugía, y pueden mejorar el proceso de curación e incluso acortar el período de recuperación.
Nutrición
Comience a aumentar la ingesta de proteínas unas semanas antes de la cirugía para tener más energía y fortalecer los tejidos. Consuma proteínas de alta calidad, como pescado, aves, huevos, frutos secos y semillas. También son útiles los alimentos ricos en fibra (cereales integrales, vegetales, frutas y legumbres), los alimentos ricos en calcio (frutos secos, frutas, algunos vegetales de hoja, melaza y pequeñas cantidades de productos lácteos) y los alimentos que contienen ácidos grasos esenciales (algunos frutos secos, semillas o aceites vegetales).
Intente evitar el exceso de productos lácteos, dulces y productos horneados, así como los alimentos con alto contenido de grasas saturadas, como las frituras, las carnes pesadas y los embutidos. Por lo general, la dieta puede ser un poco más ligera unos días antes de la cirugía, e incluir más frutas, vegetales y líquidos. Esto ayudará a aliviar el estrés del sistema digestivo. Evite estimulantes como el café y sedantes como el alcohol antes de una cirugía programada.
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