Síntomas y tratamiento del pie caído

El pie caído es una afección en la que no se puede levantar la parte delantera del pie normalmente. Quizás note que a menudo se golpea los dedos de los pies con las alfombras o al subir escaleras. El pie puede hacer un ruido de golpe cuando camina porque los dedos tocan el suelo antes que el talón. El pie caído comúnmente se debe a problemas en los nervios de la columna o la rodilla.

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Síntomas y causas del pie caído

Los síntomas del pie caído son entumecimiento, dolor y debilidad similares a los experimentados con la radiculopatía. La parte delantera del pie cuelga hacia abajo cuando lo levanta al caminar o al realizar otras actividades, lo que puede hacer que se golpee los dedos del pie con frecuencia.

El pie caído tiene dos causas principales. Puede ser causado por un nervio pinzado en la raíz de los segmentos L4 o L5.

La otra causa común es la compresión del nervio peroneo de la pierna, que pasa alrededor de la parte exterior de la rodilla. Este nervio es susceptible a lesiones o compresión porque está cerca de la superficie de la piel.

El pie caído puede ser causado por el desgaste general del cuerpo o por una lesión en la rodilla o la columna vertebral. Puede aparecer gradualmente o de repente. Independientemente de la causa o del momento, es importante buscar tratamiento de inmediato porque, cuanto más tiempo lo tenga, menos probabilidades tendrá de recuperarse.

Diagnóstico del pie caído

Cuando vea a uno de nuestros médicos por pie caído, revisará sus antecedentes médicos y le realizará un examen físico completo. Se realizarán resonancias magnéticas u otras pruebas de diagnóstico por imágenes para determinar la posible causa. Otra prueba común sería un estudio de conducción nerviosa para ayudar a determinar la ubicación de la compresión o daño del nervio.

Tratamiento para el pie caído

Para garantizar las mejores posibilidades de recuperación, la cirugía suele ser la primera recomendación para el pie caído. Esperar demasiado puede hacer que la afección se vuelva permanente.

El médico podría realizar una discectomía para extirpar un disco dañado. O podría realizar una laminectomía para extirpar parte de la vértebra y crear más espacio para los nervios afectados. Es posible que se necesite la fusión de los huesos después de cualquiera de estas cirugías.

Cuando se realiza una cirugía en la rodilla, se hace para crear más espacio para el nervio peroneo de la pierna. La cirugía puede extirpar las bandas de tejido conjuntivo que comprimen el tejido nervioso en esa área.

Es más probable que se recomienden tratamientos no quirúrgicos, como fisioterapia, atención quiropráctica o inyecciones para el dolor, después de la cirugía. Estas terapias de apoyo están destinadas a ayudar a aliviar los síntomas mientras el cuerpo se cura de forma natural.

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