Hemicránea continua

La hemicránea continua, un trastorno de dolor de cabeza primario, es conocido por su dolor intenso y persistente en un lado de la cabeza. A diferencia de otros dolores de cabeza, este dolor no desaparece.

A pesar de su intensidad, la hemicránea continua se puede tratar con el tratamiento adecuado. Las opciones de tratamiento suelen incluir medicamentos. En algunos casos, se recomiendan bloqueos nerviosos o cirugía.

Causas de la hemicránea continua

La causa principal de este dolor de cabeza unilateral sigue siendo desconocida. Una creencia es que la hemicránea continua es causada por un mal funcionamiento del sistema nervioso. A diferencia de otros dolores de cabeza, como la migraña, que pueden ser desencadenados por el estrés, ciertos alimentos o el entorno, la hemicránea continua a menudo aparece repentinamente sin causa y persiste.

Hace falta más investigación para comprender las razones subyacentes del desarrollo de la hemicránea continua.

Síntomas de la hemicránea continua

En la hemicránea continua, el síntoma más común es un dolor de cabeza persistente en un lado de la cara. El dolor puede ser de moderado a severo, pero en la mayoría de los casos es muy intenso y nunca desaparece, lo que lo diferencia de otros tipos de dolores de cabeza.

Además del dolor constante, es posible que experimente otros síntomas en el mismo lado que el dolor de cabeza. Entre estos están:

• Ojos llorosos
• Nariz congestionada o con secreción nasal
• Párpados caídos

Estos síntomas asociados pueden hacer que se sienta más incómodo cuando tiene hemicránea continua. Hable con un proveedor si tiene un dolor de cabeza persistente para obtener ayuda para controlar los síntomas.

¿Qué pruebas se realizan para la hemicránea continua?

Si bien no existe una prueba específica para confirmar la hemicránea continua, el diagnóstico se basa en los síntomas y los hallazgos del médico durante el examen físico.

Las pruebas por imágenes, como resonancia magnética o tomografía computarizada, normalmente no son necesarias para diagnosticar la hemicránea continua. Sin embargo, el médico puede pedir estas pruebas en ciertos casos para descartar otras posibles causas de dolores de cabeza.

Durante el examen, el médico le preguntará acerca de sus síntomas, incluida la naturaleza y duración de los dolores de cabeza, cualquier síntoma asociado y cualquier factor que pueda exacerbar o aliviar sus síntomas, como el estrés constante o cualquier alimento que haya consumido recientemente. El médico también puede controlar su función neurológica y otras áreas relevantes de su salud.

¿Cómo se trata la hemicránea continua?

El objetivo del tratamiento de la hemicránea continua es reducir la intensidad de los dolores de cabeza y, al mismo tiempo, aliviar los síntomas asociados.

No existe cura para la hemicránea continua, pero hay varias opciones de tratamiento disponibles para ayudar a controlar los síntomas y mejorar su calidad de vida.

Estos enfoques de tratamiento pueden incluir:

• Medicamentos antiinflamatorios recetados: La indometacina, un antiinflamatorio no esteroide (AINE), a menudo se considera el tratamiento estándar para la hemicránea continua.
• Analgésicos de venta libre: Si la indometacina no es adecuada o eficaz, se pueden recomendar AINE de venta libre, como ibuprofeno o naproxeno, para ayudar a aliviar el dolor.
• Bloqueos nerviosos: La inyección de un anestésico local o esteroide cerca de los nervios del cráneo afectados puede aliviar el dolor de cabeza.
• Cirugía: Para casos graves que no responden a otros tratamientos, se puede considerar la estimulación del nervio occipital o la estimulación cerebral profunda como último recurso, generalmente bajo la guía de un neurólogo especializado.

Los ajustes en el estilo de vida también pueden ser beneficiosos. Las técnicas para controlar el estrés, mantener patrones de sueño constantes, mantenerse hidratado y evitar los desencadenantes conocidos pueden ayudar a reducir la frecuencia y la gravedad de los dolores de cabeza.

Es necesario tener citas de seguimiento periódicas con el proveedor para controlar la eficacia del tratamiento, ajustar las dosis de los medicamentos y abordar cualquier síntoma nuevo o que empeore.